Revista trimestral científica especializada
Mensaje del patrimonio popular desde Bahréin al mundo

De la historia de las alhajas en el Islám

Número 33
De la historia de las alhajas en el Islám

Dr. Hanan Karcote

La industria de las alhajas se extendió desde la antigüedad. Al principio fueron elaboradas de huesos y piedras. Con el paso del tiempo se desarrolló la industria, y se hicieron  de oro y plata incrustados con diamantes, perlas y coral, etc..Había muchos lugares del mundo islámico donde existía el oro, aunque varía el método de extraerlo. Un brazo del río Gihon pasa por el monte de oro, por las rocas y piedras rascando pepitas de oro como escamas de pescado, más grandes o más pequeñas.

Sobre este río, abajo del puente se encuentra una aldea que se llama Wajad, la cual tiene un pasaje por la parte de Waichayard que se llama río Bajchaua. Salen los habitantes por Bajchaua bajando a la orilla de Gihon.

Extienden odres de piel de cabra sobre la orilla del río, los atan, y los aseguran con estacas, bajando uno de ellos a la orilla del río a soplar el agua para que pase sobre los odres, otro quita el agua de los odres, agua densa y pesada. Cuando están seguros de que el cuero se llena de arena y oro, lo extienden sobre la tierra al sol, y cuando está seco lo despolvorean sobre un tapete de cuero, recogiendo el oro. De Balj se dice que es el mejor oro y el más puro.

Cuando trabajan el oro, se le añade un pequeño porcentaje de otros metales; plata, cobre o níquel. Igualmente se añade en la elaboración de la plata, cantidad de cobre, cinc o plomo.

Los musulmanes a través de su historia, se distinguieron en distintas profesiones y una de ellas, la elaboración del oro a todos los niveles. En un comentario sobre la distinción de los musulmanes en la producción de esta industria, el orientalista Donald Hill escribe: "leemos sobre un árbol de oro en una sala de califatos, sobre un elefante de oro con ojos de rubí, pero no sabemos con certeza si esos objetos preciosos, son de oro puro, o solamente bañados en oro".

Los productos de oro y plata ocuparon un espacio en el comercio en general. Regiones de la península arábiga se hicieron famosas con el oro y la plata. Una de estas regiones fue Yemen que se benefició de su situación geográfica a las orillas del mar de Arabia, y de su relación con otros países marítimos, como son la India y África. En el Yemen existieron mercados especializados en la venta de plata y su circulación, además de la comercialización con los productos de oro. La producción de la plata y su elaboración, no se limitaba a países árabes, sino que abarcaba países como Persia y otros.

Las joyas y los adornos tuvieron su parte de fortuna en la época de los omeyas, y no nos llegó de ellas,  probablemente nada más que lo mencionado en los libros, o raramente en algunos dibujos, porque los trabajadores de oro y plata cogían las joyas y las fundían para volver a trabajarlas de nuevo, elaborando nuevos modelos adecuados a la época en que vivían.

Era común de aquella época que las mujeres llevasen coronas, como adorno para la cabeza, y como ejemplo de eso, es lo que sabemos de una cantante llamada Yamila que  ponía coronas sobre la cabeza de sus esclavas.

La mujer en la época de los omeyas se adornaba con pendientes. En las estatuas descubiertas en el palacio del califa Hicham, encontraron varios tipos de esos adornos, semejantes a los pendientes de los dibujos de Persia. La elaboración de las alhajas evolucionó en la época de los abasidas utilizando perlas, rubí, ágata, esmeralda, crisólito, cornalina y conchas con oro y plata.

En la época abasida las alhajas que más se utilizaban fueron las coronas y sobre este particular se dijo  que el califa Haron Rachid dotó a Zubaida, además de las joyas y alhajas, con un número de coronas. De los tipos de alhajas para las orejas, había pendientes que se adornaban con perlas y rubí.  

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